El encuentro con uno mismo. Con el yo interior, nos pone en contacto con nuestra energía interior , y nos permite concentrar para dar lo mejor de nosotros mismos a la hora del masaje, o cualquier cosa que llevemos al cabo del día.
El encuentro con uno mismo. abarca muchas vertientes, algo que ayuda mucho es la relajación en movimiento, combinando el movimiento con la respiración, nos liberamos de las tensiones acumuladas, y de todo aquello que bloquea nuestra energía.
Usando los elementos de la naturaleza. en movimiento nos sentimos identificada con ella, la naturaleza tiene su alma, vive, y nosotros nos fusionamos con ella. este ejercicio al aire libre, nos recarga plenamente de energía. Nosotros y lo que nos rodea somos uno.
El movimiento fluye por si solo, liberando energía, renovando la que nos rodea, y liberando la carga de tensión que llevamos encima.
Y el masaje. la mejor manera de encontrarse directamente con uno mismo y con el otro. En ese diálogo libre a través de nuestras manos y la energía que se abre entre quien da y quien recibe.
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